Las políticas de austeridad que
el Gobierno aplica, y que la
Junta de Andalucía ejecuta dando un giro de tuerca más, están
deteriorando las condiciones de vida y trabajo de la población, ya muy castigada con
el desempleo y la pobreza.
Desde la lamentable subordinación
de los dirigentes políticos a las instituciones europeas y organismos
financieros, especialmente a la troika (Comisión Europea, Banco Central
Europeo, Fondo Monetario Internacional), la doctrina neoliberal viene
presidiendo sistemáticamente todas las decisiones en política económica. Para
esta doctrina, el déficit cero es un dogma inamovible. Como también lo es el
que el Estado no intervenga en la economía, y menos aún para mantener un sector
público (los servicios públicos), al que consideran un gasto oneroso causante de
los desequilibrios económicos. Por ello, apuestan decididamente por desmantelar
el Estado del Bienestar, el modelo de Estado arduamente conseguido tras décadas
de movilizaciones populares, a fin de que la gestión de los servicios
(educación, sanidad, desempleo, ayudas a la dependencia, pensiones…) dejen de
ser cubiertos por el Estado y pasen a ser ejecutados por la inversión privada,
quedando en manos de la capacidad adquisitiva de las familias la compra de los
mismos.
En este contexto, el ataque al
gasto educativo no ha hecho más que empezar. Antes de proceder a su completo
desmantelamiento, se toman decisiones que dificultan el acceso del alumnado a los niveles superiores de enseñanza, como la
disminución de la cuantía de las becas o mayores exigencias para acceder a ellas; o con la subida de las
tasas de matrículas y, también, con las varias pruebas externas que el alumnado
tendrá que superar para proseguir estudios. Pero el encarecimiento además ha
llegado a los niveles inferiores, afectando a las ayudas de comedor, a los
libros de texto o al transporte escolar. Por el otro lado, la oferta educativa
disminuye y las condiciones de trabajo del profesorado empeora, aumentando la
jornada lectiva y disminuyendo el número de profesores/as. Mientras, se sigue
estimulando a la enseñanza privada y a la concertada concediéndole inadmisibles
privilegios (segregación, zonificación, admisiones, etc.).
En esta situación, el malestar
entre el profesorado y alumnado es manifiesto y las movilizaciones y protestas
no han hecho más que empezar. El alumnado del IES Guadalentín está siguiendo
una huelga de tres días, manifestaciones incluidas, contra los recortes en
Educación. El 95 % del alumnado convocado (3º y 4º de ESO, 1º y 2º de bach.,
Ciclos Formativos) está en huelga. Y por parte del profesorado, están previstas
acciones de protesta y huelgas, tanto en el sector como a nivel general. Por
tanto, un inicio de curso diferente al de otros años. Pero ello no será
obstáculo para que el proceso de enseñanza-aprendizaje se desarrolle con la
profesionalidad, el esfuerzo y seriedad debida por el profesorado y la dedicación
y motivación necesaria por el alumnado..